miércoles

El salto cuántico desde Júpiter

Júpiter contiene la “dirección social que le damos a nuestras vidas”. Con la fuerza de Júpiter, podemos salir de nuestro aislamiento egoico y ser conscientes de lo que podemos hacer en conjunto, en colaboración con otros, poniendo nuestras fuerzas al servicio de una labor común, solidaria, globalizada. No sólo se trata de disfrutar individualmente de la vida, sino de ser participantes activos de la sociedad en la que vivimos.

Vivir en Júpiter es vivir en la abundancia, gozar del mundo de las diferentes posibilidades, disfrutar de los sentidos, expandirse por múltiples territorios sin fronteras, abrirse a nuevos campos y potencialidades, disfrutar de la vida y compartir en grandes grupos sociales proyectos solidarios. Eso, y mucho más, que por ello es el planeta de la generosidad y de la abundancia.
Sin embargo, en algún momento, esa amplitud de experiencia, ¿debiera tener fin?; ¿existe un límite al placer?; ¿se deben poner puertas al campo?; ¿algunos muros son adecuados?
La pregunta central podría ser:
*      ¿Si la experiencia en si misma tiene alguna finalidad, debería por ende tener un final?

¿Cuándo se acabaría?; ¿quién sería el encargado de definir y colocar ese final?; ¿en qué lugar y condiciones?




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