
Marte se lanza, se atreve, se ofrece a ser el representante no oficial (nadie lo ha nombrado), de la experiencia. Marte dice:
- Sí, me apunto. Soy yo; si, yo voy.
Por eso la energía marciana es tan dinámica, tan activa y a veces tan demoledoramente incisiva para con la experiencia de los demás. Marte es un provocador cuando se dirige a otras personas. Incide sobre ellas y a menudo las molesta, las propone ponerse en marcha, hacer algo con su vida. Marte abandona todo tipo de consideraciones sociales, desecha elegir el camino más adecuado, y simplemente se lanza a la experiencia. No reflexiona y nunca tiene en cuenta el resultado de sus actos. Por ello, suele ser una energía bastante distorsionadora, que incita a las guerras y a los enfrentamientos.
La parte muy positiva de Marte está contenida en la gran experiencia que produce y en los campos que abre. Marte siempre está dispuesto a ser el primero en lanzarse al vacío, a tener experiencias nuevas y a probar, arriesgarse, a hacer lo que otros nunca harían. Esa energía de “lanzamiento” es una poderosa herramienta para abrir las experiencias, que luego otros seguirán, en su tiempo y en su forma. Marte es por ello un excelente abridor de senderos y de caminos, pese a los riesgos que corre el nativo y a veces incluso a que lo pague con su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario